lunes, 5 de marzo de 2012

¿MIEDO AL EXITO?


Con gran interés les comparto esta info que mi buen amigo Uinic me envío días atrás. 
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Existen miedos detrás del miedo. Miedos que nos impiden escuchar nuestra propia voz. Hay uno en especial, del cual nunca se habla, y del que todos, en menor o mayor grado, padecemos, me refiero al miedo al éxito.
La mayoría de nosotros ni siquiera somos conscientes de sentir este miedo. Por ello, es común que de manera involuntaria saboteemos las oportunidades de éxito. En ocasiones lo hacemos para no alterar el equilibrio en las relaciones personales o la armonía en el trabajo. Es decir, transitamos por la vida con un pie en el acelerador y otro en el freno.
¿A qué se debe esto? Desde niños nos damos cuenta de que quien destaca por su inteligencia, su belleza, su habilidad en algún deporte, es blanco de fuertes críticas. Muchos niños reciben de sus padres mensajes contradictorios. Por ejemplo, se les premia si destacan por sus buenas calificaciones, por su desempeño en algún deporte o expresión artística y, al mismo tiempo, se les dice que es de mala educación hablar de ello.
En cuanto a la relación de la pareja, tristemente el éxito puede llegar a representar una amenaza que nos hace preguntarnos: "¿Podemos ambos destacar?, ¿Puede triunfar uno y el otro no?". "Un poco de éxito está bien, pero no demasiado", se responden algunos. La realidad es que el brillo de uno de los integrantes de la relación puede causar celos, competitividad y luchas de poder.
Asimismo, en el medio laboral suele haber una cultura anti-éxito. Es decir, se estimula pobremente a quien destaca o se crea un ambiente conformista; destacar demasiado puede molestar al jefe o a los compañeros.
¿Cómo saber si tienes miedo al éxito? Aquí te presento la prueba FOSI (Fears of Success Indicator), creada por el doctor Robert Holden, para medir si acaso te metes el pie.
Califica tus respuestas de la siguiente manera:
4. Siempre   3. Muy a menudo   2. A veces   1. Nunca
  • Me incomoda la atención que el éxito atrae.
  • Me preocupa que un éxito mayor atraiga celos o envidia.
  • Creo que un éxito mayor me hace más vulnerable a la crítica y al ataque.
  • Creo que cualquier gran éxito requiere necesariamente de sacrificio o pérdida.
  • Me incomodan las altas expectativas que vienen con el éxito.
  • No siempre creo merecer todo el éxito que tengo.
  • Me inquieto cuando todo marcha bien en mi vida.
  • Creo que todo éxito mayor tiene escondido un costo alto.
  • No me agrada la persona en la que tendría que convertirme para conseguir un gran éxito.
  • Considero que el éxito puede arruinar a las personas y crea infelicidad.
  • No me gusta la idea del éxito que viene muy rápido o es muy grande.
  • Creo que el éxito te puede llevar al conformismo o a la falta de motivación.
  • Me preocupa que el éxito me deje una sensación de vacío y sin sentido.
  • No me siento lo suficientemente confiado para darme cuenta del éxito que puedo tener.
Creo que, al final, el éxito siempre te lleva a la caída.
15 a 24 puntos: indica que tienes muy pocos miedos no resueltos al éxito. Encaras tus miedos o no temes brillar. Y cuando sientes temor, buscas ayuda o inspiración.
25 a 39 puntos: indica un nivel promedio de miedos no resueltos al éxito. Estos miedos pueden hacerte no aprovechar las oportunidades que se te presentan para crecer aún más. Quizá juegas pequeño en tu vida.
40 a 50 puntos: indica un alto nivel de miedos no resueltos al éxito. Estos temores bien pueden conspirar en contra de tus mejores esfuerzos por destacar; y causar luchas o fracasos innecesarios.
51 a 60 puntos: indica un nivel extremo de miedos no resueltos al éxito. Esto es típico en personas que sufren de una independencia disfuncional, es decir, que creen que tienen que "lograr" el éxito por ellos mismos.
Escucha tu voz y pregúntate: ¿tengo miedo al éxito?¿Y por qué lo tengo? Quizá la respuesta sea el inicio de tu liberación y, por supuesto, de tu éxito

lunes, 9 de enero de 2012

... PERO SI NOS AMAMOS

En una relación de pareja, es común creer que con el solo hecho de AMARSE basta y sobra para que la relación avance y sea plena para los involucrados, sin embargo al paso del tiempo y conforme la confianza toma terreno se desvanecen los velos que cubren nuestras partes desagradables o indeseables y entonces es común que empiecen las diferencias.

Cuando los mimos, arrumacos, palabras dulces (y hasta melosas) y demás detalles tiernos dejan lugar a los reclamos, juicios, reproches, cuestionamientos y exigencias es evidente que el AMOR por sí mismo no es suficiente, (suponiendo que es genuino amor, el cual comúnmente se confunde con el enamoramiento).

Entonces, ¿Qué hacer si el amor no alcanza?

Toda relación de pareja es como una mesa de 4 patas y si falta una sola de ellas, obvio la mesa no se mantendrá equilibrada por mucho tiempo y terminará por caerse.

¿Qué o Cuáles son estas patas o pilares?

1.- AMOR
2.- CONFIANZA
3.- ATRACCION
4.- PROYECTO DE VIDA

Si hay amor y atracción, como ocurre la mayoría de los casos pero no hay confianza y menos aún proyecto de vida en común, esa relación esta destinada a la ruina.

Si hay confianza, atracción y amor, pero falta un proyecto de vida, tarde o temprano todo se vendrá abajo.

Si hay proyecto de vida, amor y confianza pero la atracción es muy baja, seguro la frustración tarde o temprano se hará presente.

Por eso hay que guardar un sano e inteligente equilibrio y nutrir día a día cada una de estas cuatro facetas.

¿Cómo se encuentra tu relación de pareja en este momento?

Si encuentras que ya es común y frecuente hacer un reproche en lugar de hacer un halago, si en lugar de decir un te amo o un gracias por esto o aquello, viene un reproche o un juicio, entonces es momento de hacer un alto y revisar hacia donde estoy encaminando dicha relación con mi actitud. y siempre, invariablemente antes de pretender culpar al otro para con ello justificarme, es imprescindible cuestionarme sobre lo que deseo construir y si estoy en la ruta apropiada.

JIMC

domingo, 8 de enero de 2012

La Aprobación

Por muchos años me he esforzado afanosamente por contar con la aprobación de los demás, en diferentes momentos he buscado la aprobación de mamá, papá, la pareja en turno, los amigos, la familia, la comunidad, el circulo religioso, los maestros, los patrones, los compañeros de trabajo, los clientes, los proveedores, los inversionistas, los empleados, los hijos.... y la lista es interminable, inclusive para ser honesto, me pregunto si en este momento mi ego no esta ávido de contar con la aprobación de los lectores de estas líneas.

Es un hecho que es muy común que las personas (dada nuestra herencia cultural y programación educativa social) busquemos la aprobación colectiva, vendiéndonos a otros y comprándolos en algún momento dado.

De ello se desprende que a veces no sea capaz de atinarle al gusto de los demás y que a veces el quedarme callado, o expresarme, o reír, o llorar, sea mal recibido y ¿te digo algo? me ha sido muy doloroso aceptar y comprender que jamás le voy a atinar, que mientras siga queriendo tener la aprobación del otro, seguiré perdiendo el tiempo y lo peor es que en el afán de querer agradar a otro (y no lograrlo) pierdo mi identidad y dejo de estar bien conmigo.

Derivado de lo anterior, estoy resuelto a ser fiel a mis principios y congruente en mi vida, esto implica que lo que pienso, digo y hago sea una misma cosa,  al margen de que ello agrade o no a otras personas, más que enfocarme en obtener la aprobación del otro, me ocuparé en darle mi servicio sin esperar nada a cambio.

Por lo tanto, ¿En que te puedo apoyar?

lunes, 2 de enero de 2012

Estableciendo Metas

Todos tenemos metas y sueños por alcanzar, algunos inclusive año con año se proponen lograr las mismas metas, como es la dieta, hacer ejercicio, pagar las deudas, ir de vacaciones y muchas otras. Así mismo también hay otros objetivos que alcanzamos y nos producen un gran sentido de logro.

¿Qué es lo que permite que unas metas si las alcancemos y otras no?
¿Hay alguna receta mágica o formula para poder cumplir cada meta?

En estas épocas en las que muchas personas andan con la euforia de sus propósitos de año nuevo, es pertinente reflexionar ¿qué me asegura que a fin de año, habré alcanzado cada uno de esos objetivos?

Por que el proceso de establecer y alcanzar una meta, va mucho más allá de comer unas uvas, o declarar, decretar y desear con toda mi intensidad que sea verdad y es justo en esa parte donde radica parte del por que muchas ocasiones las metas que establecemos, no las alcanzamos.

Cuando dejamos en manos del azar, la suerte, el destino, lo que Dios quiera o cualesquier otra causa fortuita el cumplimiento de nuestras metas, realmente estamos dejando una embarcación a la deriva y sin rumbo fijo.

Para establecer una meta, lo primero que requerimos es tener un PROPOSITO claro y muy bien definido. Después, para alcanzar esa meta se requiere un sistema práctico y eficiente que te asegure en todo momento estar encaminando y construyendo la realización de ese objetivo, paso a paso, día a día.

Solamente de ese modo podrás asegurarte que a fin de año, cada uno de tus propósitos de año nuevo sean verdad.

Recuerda la definición de locura de Albert Einstein, quien dijo que locura era esperar cosas diferentes, haciendo las mismas cosas de siempre.

¿Ya tienes tu plan de acción para cumplir tus metas? ¿ya tienes tu propósito bien definido?

Si las respuestas son: NO, entonces ¿qué esperas?

Si ha de ocurrir, depende de ti y si no es hoy, entonces ¿cuando?.

Te deseo un año abundante, lleno de realización y cumplimiento de metas.